
¿Se dio cuenta amigo lector/a que desde la pandemia de covid-19 cada vez vamos con menos frecuencia a los cajeros automáticos? Es que cada día necesitamos menos de los billetes. Ya no son imprescindibles. Andamos por la vida con menos dinero físico porque podemos resolver el dilema a través de apps de nuestros teléfonos.
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Casi sin darnos cuenta, las billeteras virtuales dejaron de ser una novedad para convertirse en una parte importante de nuestra vida cotidiana. Hoy, más del 30% de las transacciones en Argentina se hacen a través de estas plataformas, en un contexto que combina digitalización acelerada, inclusión financiera y nuevas costumbres. Bienvenidos a un nuevo Newsletter, hoy les voy a contar lo que ocurre detrás de este cambio de hábitos que significó pasar de pagar con billetes físicos a medios digitales.
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Una revolución que se aceleró en los últimos años
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​La imposibilidad de operar en efectivo durante el confinamiento forzó a que miles de personas adoptáramos medios de pago alternativos. Lo que comenzó como una necesidad terminó resultando un antes y un después: hoy, de acuerdo con el último Monitoreo Nacional Fintech que elabora la consultora Taquion el 96% de los mayores de 18 años en Argentina tenemos una billetera digital en la interior de la cartera de la dama o en el bolsillo del caballero. Mercado Pago lidera el mercado con más del 60% de preferencia, seguido por Ualá, MODO y Brubank, más otras soluciones cripto y otros bancos digitales que aparecen como alternativas para los más sofisticados. En este contexto asoman nuevas propuestas como Personal Pay y Farmacloud. Incluso grandes empresas como YPF o Telecom se han subido y quieren surfear esta nueva ola.
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Trazabilidad, pago con QR y las nuevas costumbres
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La tendencia es la desaparición del cash, la guita, la viva (estará pensando en que están los de vieja escuela, los que se resisten, o los que no pueden con la tecnología, ya lo sé, no hablo de ellos que son cada día menos). En 2022, los pagos por transferencia apenas superaban a los realizados con tarjetas de crédito, y en 2024, el 70% de las transacciones digitales a nivel global se hicieron desde billeteras, un fenómeno en continua expansión. En Argentina, compartir el alias o escanear un QR ya es rutina. En todo tipo de comercios el uso de medios digitales se volvió transversal. Según Coelsa, que es la Cámara Compensadora Electrónica, casi el 70% de los pagos con QR provienen de los sectores sociales más bajos (D1, D2 y E), mostrando una clara expansión de la inclusión financiera. Con esta nueva forma millones de personas que nunca tuvieron una cuenta bancaria comenzaron a utilizar estas herramientas como su principal método de pago, reduciendo la dependencia del efectivo.
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Los impuestos y la regulación
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A pesar de los beneficios evidentes que genera este boom de digitalización financiera, como la comodidad y la seguridad que ofrecen estos métodos alternativos de pago, hay un factor que muchos miran con desconfianza y es la exposición de los usuarios a mayor trazabilidad impositiva. A diferencia de lo que ocurría cuando empezaron a expandirse, en la actualidad funcionan igual que los bancos, no solo como agentes de retención/percepción de impuestos sino también de información ante ARCA (la ex AFIP). Si bien esto fortalece la formalización de la economía, genera tensiones en un país con una importante carga fiscal. Las billeteras, desde la cual uno puede pagar casi todos los servicios públicos y también impuestos, están reguladas por el BCRA y deben operar con respaldo bancario. Sin embargo, muchos usuarios buscan estrategias para minimizar el impacto impositivo mientras se formalizan sus ingresos.
Ahorrar, invertir y comprar dólares desde el celular
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Otro de los diferenciales más valorados es la posibilidad de generar rendimientos con el dinero en cuenta, sin necesidad de tener una cuenta bancaria tradicional. Las billeteras ofrecen acceso simple a fondos comunes de inversión, con montos bajos y sin comisiones. Un tercio de los 68 millones de usuarios que tiene Mercado Pago invierten desde su app. Además, algunas billeteras permiten la compra de dólares (aunque en muchos casos con restricciones), ofreciendo una alternativa frente a la inflación de los últimos años y la devaluación del peso. En las últimas semanas de altas volatilidad cambiaria preelecciones, el Banco Central impulsó a que dejen de vender, medida que impactó especialmente en dos empresas: Mercado Pago y Cocoscapital.
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Nuestro país, líder en la región
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Argentina encabeza el uso de billeteras digitales en América Latina, por encima del 30% de participación en comercio electrónico. Le sigue Brasil, impulsado por su sistema Pix. Las proyecciones son claras: se espera que en 2027 las billeteras digitales representen buena parte de todas las transacciones electrónicas en la región. A pesar de los altos niveles de informalidad, Argentina se convirtió en uno de los países de América Latina que más abrazó la digitalización del dinero. Las billeteras digitales se expandieron hasta llegar a lugares que eran impensados algunos años atrás. Los pagos con QR ganaron lugar en hipermercados, kioscos y hasta verdulerías. Y también se volvió popular compartir el alias para recibir transferencias en reuniones con familiares o amigos, como así también en ferias artesanales, o hasta para abonarle a un vendedor ambulante o donarle a alguien que pide en un semáforo.
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Nuevos jugadores y el futuro del ecosistema
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Es tan grande el impacto que conspiró para que otras industrias quieran sumarse al negocio. Empresas de sectores no financieros —energéticas, telecomunicaciones, farmacéuticas— están lanzando sus propias billeteras. Y si bien el fenómeno muestra que aún hay mucho margen para crecer se espera una futura concentración del mercado en pocos jugadores dominantes. Actualmente, existen 177 empresas registradas ante el registro de proveedores de servicios de pago del Banco Central (BCRA). Una de las últimas incorporaciones fue YPF Digital (YDI), que transformó su app de YPF en la primera billetera digital de una compañía energética del país. Desde este año, los clientes pueden usar la aplicación como medio de pago para servicios dentro del ecosistema de movilidad.
El auge de las billeteras virtuales en Argentina no es moda: se trata de una transformación con muchos beneficios: practicidad, comodidad, seguridad e inclusión financiera, entre otras. Surgió a partir de la necesidad y del avance de la tecnología, y cambió el modo en que los argentinos pagamos, ahorramos e invertimos. Un buen ejemplo de cómo la tecnología puede simplificar la vida financiera de las personas, integrando múltiples servicios y que no nos quede más remedio que tener que modificar algunos hábitos.

